pero el amor le dio traición, cruel y urgente,
heridas profundas dejó en su corazón,
un engaño que marcó su perdida ilusión.
Las primaveras pasaron, llegó el otoño,
el amor fue cambiando, dejó su alboroto,
las lágrimas secaron, quedó cicatriz,
en su alma cansada, la herida persiste feliz.
El tiempo implacable siguió su camino,
y el amor evolucionó, se hizo divino,
en el ocaso de la vida, amor sincero,
la compañía fiel, en cada anochecer.
Arrugado y sabio, ya anciano contempla,
la historia de un amor que nunca se marchita,
la traición en la juventud ya es un eco,
el amor perdura, eterno y fresco.
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